11 abr 2005

Jinetes Negros y Amagrama en el Primer Evento Progresivo 2005

El sábado nos encontramos con un grupo de amigos para ver a Amagrama y Jinetes Negros en el teatro IFT. Ya cuando entramos al hall me di cuenta de que la asistencia sería bastante más considerable de lo que yo había previsto.

Como es usual, estuvimos esperando un rato (entramos un rato pasadas las 2000). Durante la espera me encontré con otros amigos a quienes hacía un tiempo que no veía. También pude ver a Carlos Lucena (Nexus) y Osvaldo Favrot (Espíritu) en el hall del teatro.

Cuando finalmente entramos a la sala, un poco después que el resto de los asistentes, ya había comenzado la proyección del DVD de Peter Gabriel Growing Up Live. Cuando leí lo de las proyecciones, debo reconocer que me pareció una no muy buena idea. Sin embargo, ahora puedo decir que fue una decisión acertada, ya que acorta y ameniza notablemente la espera. La proyección se hizo sobre una pantalla que va delante del telón, por lo que quedaban ocultos todos los preparativos en el escenario. Buen detalle.

La primera banda en tocar fue Amagrama. No sólo son jóvenes, sino que lo parecen. Es en parte esto lo que hace más impresionante a su música. Para detalles sobre ella, ya hay mucha gente que la ha comentado, así que no voy a ahondar en eso. Sí puedo agregar que son músicos con mucha solvencia. Instrumentalmente son muy buenos, y el tecladista, que oficia además de cantante, cumple en este último rol un papel muy aceptable: canta prácticamente igual que en el disco. De todos modos, donde la banda muestra lo suyo es en los pasajes instrumentales.

Casi sobre el final del set, el bajista y el guitarrista fueron reemplazados por dos miembros de Pulso (uno de ellos, el bajista, es padre del tecladista y del baterista de Amagrama) e hicieron dos buenas versiones de otros tantos temas de Crucis.

El sonido no benefició del todo a la banda, con varios reclamos de parte del público de subir tal o cual instrumento. Además, el baterista (muy bueno, por otra parte) tocó muy fuerte y eso contribuyó, creo, a tapar parcialmente a los demás instrumentos.

En resumen, Amagrama es una banda muy promisoria. Tocan muy bien, intensamente, y disfrutando de lo que hacen. Quizás con el tiempo puedan desarrollar una presencia escénica un poco más fuerte, al ganar confianza. Pero esto no es más que un comentario menor al lado de la enorme capacidad y potencial que demostraron en el show.

Luego se vino la proyección de Pink Floyd y The Wall en vivo en 1980. La calidad del material no era tan buena como la de PG, pero el valor histórico lo compensaba. Mientras tanto, detrás del escenario se preparaban las cosas para Jinetes Negros.

Comenzó entonces una proyección de imágenes surrealistas acompañadas por la banda tocando detrás del escenario. Luego se levantó el telón y conocí visualmente a Jinetes: dos guitarristas (acústica y eléctrica), flautista, bajista, vocalista, tecladista y baterista.

Lejos, la mayor sorpresa fue el vocalista, Marcelo Ezcurra. Ya escuchando los CDs se adivinaba que es muy bueno. Pero en vivo deslumbró. ¡Qué registro y qué fuerza!. Pegó un par de alaridos tipo Gillan que me impresionaron. Escénicamente, es muy dominante. Muy histriónico, ocupa clara e indiscutiblemente el centro de la escena.

La banda sonó muy ajustada, y lo segundo que me impresionó también tiene que ver con las voces. El primer CD de Jinetes (El Jinete Negro) tiene abundantes coros, y me preguntaba cómo lo resolverían. Uno de los guitarristas, el bajista y el tecladista hacían coros, ¡y cómo!. Muy pero muy bien, incluso en segmentos casi a cappella. El baterista me pareció también muy bueno, con sutileza y energía (aunque más contenido que el de Amagrama, me gustó más).

Fue notable la diferencia en el sonido de Jinetes respecto del show de Amagrama. Se escuchaba muy claro, se distinguían todos los instrumentos (quizás podría decirse que quedaba un poco relegada la flauta).

Si bien la música de Jinetes no tan compleja como la de Amagrama, su set se me hizo muy disfrutable. Se trata fundamentalmente de canciones casi hard rock con arreglos "sinfónicos", nada de excesiva pretenciosidad. Como referencia, y con las salvedades del caso, sirve tomar a Return To The Centre Of The Earth de Wakeman. Pero cumplen con creces y triunfan en el terreno donde otras bandas fracasan: en hacer música relativamente simple, con gancho, y con interés adicional para el fan del prog más "mainstream".

En definitiva, se trató de un gran espectáculo con dos bandas muy diferentes entre sí, como para dejar conformes a muchísimos. Quiero hacer pública mi felicitación a Gustavo Bolasini y Felipe Surkan, organizadores del festival, por el empeño y esfuerzo puestos en él. Esperemos que se repita, ya que, al menos para mí (y para muchos de los que concurrieron, por lo que se deducía de las caras y los comentarios), fue algo muy disfrutable.

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